Ya casi casi son 6 meses en LaBox 🙂
Y de tooodas las experiencias laborales que he tenido hasta ahora, desde ser responsable de marketing en empresas de distintos sectores en Chile, hasta empacar kiwis en Nueva Zelanda, pasando por muchas horas de hostelería en distintos países, asesorías, formación y charlas de marketing (y otras cositas) de manera presencial y a distancia, entre otras (muchas más!), he ido aprendiendo. Además del trabajo en sí, he aprendido a conocerme a mí misma, e ir viendo en qué entornos me siento más cómoda, qué se me da mejor y qué no, y a entender qué es lo que más valoro al momento de trabajar en cualquier sitio, y hacia dónde me quiero dirigir.
Quiero hablar en esta oportunidad de las diferencias con las que me he ido encontrando sobretodo en este último tiempo, trabajando aquí en Vitoria, en LaBox. Mi primera experiencia en marketing en el extranjero:
- Estaba acostumbrada a trabajar teniendo como fin único y exclusivo, la rentabilidad de la empresa. Aquí he comprobado que “el fin no justifica los medios” y que si bien la rentabilidad económica importa, es el resultado de hacer de la mejor manera posible las cosas, con unos límites que no se cruzan. Y que lamentablemente he tenido que cruzar antes, incluso teniendo que actuar en contra de lo que mi sentido común decía (no sin antes una buena discusión de por medio, pero al final, donde manda capitán, no manda marinero! Y marinera ni te cuento!).
- Es primera vez que no tengo un jefe directo. Ahora técnicamente tengo 4! Pero también es de las veces en que más autonomía he tenido y donde más oportunidades de proponer cosas he tenido.
- Las personas que están a mi alrededor no hablan del bono extra de fin de año, o de que “no se quién gana más que yo”, o de “mira el coche que se ha comprado esta persona”. Desde casi el comienzo, me empecé a relacionar con un mundo que no conocía, personas que verdad estaban (y están) empeñadas en cambiar el mundo, en hacer de este lugar un sitio mejor para vivir. LaBox es parte de este mundo más solidario y más de personas. Y yo cada día me siento más cómoda y más parte.
- He pasado de pensar estrategias, acciones, planes para por ejemplo vender más y más medicamentos o cómo hacer que una persona pase más tiempo sentada en una máquina traga perras (en Chile traga monedas), a redactar de manera creativa y colaborativa los textos para un flyer para una ONG de cooperación al desarrollo , haciendo uso del lenguaje no sexista.
- Mi piercing en la nariz, nunca fue un tema en LaBox 🙂
- Si bien desde antes ya estaba aprendiendo cómo conjugar los verbos en segunda persona plural, ahora he ido perfeccionando la habilidad con todos los mails que envío, y con todas las personas con las que tengo que hablar. Es que yo creo que aquí no sois conscientes que para nosotras las personas de Latinoamérica, es muy muy muy difícil poner los verbos de manera correcta con el “vosotros”. Y sigo pensando en por qué lo hacen tan difícil…0 con lo simple que es hacerlo con “ustedes”! (los verbos se conjugan igual que con “ellos”).
- Nunca había tardado tan poco en aprenderme los nombres de mis compis de trabajo! Es que somos sólo 6! Antes siempre me faltaba alguien por conocer, o alguien con quien hablaba pero no me sabía su nombre hasta mucho tiempo después. En LaBox tardé 2 días en aprenderme los nombres de todas las personas (a Óscar le conocía, Frineé era el nombre complicado así que el primero que me aprendí, Bea (porque nunca le dije Beatriz) era muy fácil y conocido para mi, Itzi es un nombre vasco que me gusta mucho y el que más me costó fue el de Jorge, no se por qué!)
Pero sin duda, lo mejor de esta experiencia es que me da la oportunidad de combinar mis 2 pasiones, mis 2 mundos que siempre me habían parecido tan lejanos. Por un lado, el mundo más de preocuparse por los demás y hacerse responsable por lo que pasa a tu alrededor como sociedad, y por otro el marketing, que permite dar soluciones concretas a problemas que a veces parecen tan abstractos de manera creativa y efectiva. Si me lo hubieran dicho hace 1 año, hubiera dicho que ambas cosas son como el agua y el aceite, imposibles de combinar! Pero no… en LaBox he aprendido que no :), en realidad combinan perfectamente.
Y bueno, sigo en esto. Aprendiendo cada día más. Intento cada día que mi manera de hablar se parezca más al de las personas de aquí, pero no porque quiera imitaros eh! Yo feliz y orgullosa de ser de donde soy y hablar como hablo… pero como una vez me dijo “sutilmente” Fri, la idea no es sonar a Spam por mail! Y si es es que es necesario, seguiré pegándome post-it en el ordenador como el que tenía hace unas semanas y que decía:
Y esto último a mis compis de LaBox, no se los he contado… Así que se enterarán junto con vosotrxs cuando lean este post. Al principio había veces en que sentía que todxs estaban enfadados conmigo! Y no entendía por qué. Me preguntaba si había hecho o dicho algo que no les habría gustado… Siempre estaban como muy serios! Pero luego íbamos a tomar el café del mediodía y nada! Súper felices y majos conmigo, como siempre! Luego pasaban unos días y volvía a tener la misma sensación. Entonces le comenté esto a mi compi de piso (que tampoco es de aquí), y me dijo unas sabias palabras: “Ale, no están enfadados contigo… sólo es que son vascos… seguramente están concentrados”. Y claro que sí… he aprendido también que aquí cuando se trabaja se trabaja… y cuando no, no. La diferencia entre un momento de risas y otro de trabajo es mucho más marcado que como trabajamos habitualmente en Chile, o al menos de acuerdo a mi experiencia allí (sí… tuve que mirar el post-it antes de escribirlo).
Muy contenta, muy a gusto de ser parte de esta caja llena de aprendizajes, desafíos y excelentes personas 🙂 Feliz de haberos encontrado, y de conocer y aprender de esta manera distinta y un poco alternativa de hacer marketing y comunicación.
PD: Os dejo algunas imagenes que muestran algunos de los momentos vividos en los distintos curros que he tenido… Me quedo con las personas que he conocido en este camino, sin duda lo mejor de todo!